Ejército de dos: la revisión del cartel del diablo

La gente a veces me pregunta si es difícil escribir sobre los juegos realmente malos. No es. Esos son los más fáciles de escribir, ya que sus defectos obvios crean una forma natural para la revisión y la demanda a ser exploradas. No, los juegos más difíciles de revisar son juegos como Ejército de dos: The Devil’s Cartel. Juegos sobre los cuales casi no hay nada que decir. Esto es juegos como un sándwich de queso liso;Acción de Blockbuster como supermercado muzak.

Siempre ha sido así. Ejército de dos es una franquicia que ha llegado a tres juegos sin generar mucha pasión, urgencia o impulso. El juego es funcional pero, después del primer juego pasablemente decente, no se ha gastado ningún esfuerzo adicional para darle a la serie nada que pueda parecerse a un Personalidad LITY propia. Hombres de hockey Forny Men in Hockey disparan a cientos de chicos malos en cientos de patios cubiertos de escombros, deja caer algunas bromas machistas y luego pisotea al siguiente tiroteo. Repita, repita, repita.

Puede haber entretenimiento en una plantilla tan bien desgastada, y el cartel del diablo se pega tan servilmente a lo que se espera que no pueda evitar ofrecer diversión básica de apuntar y disparar. Sin embargo, a pesar de las explosiones y los disparos en la cabeza y los sangrientos mates cuerpo a cuerpo en abundancia, nunca reúne suficiente energía o carácter para atraerlo todo el camino. Es el capturador de pantalla interactivo más violento del mundo.

Esta falta de ambición y impulso se siente muy bien en la historia, lo que es extrañamente, ya que es aquí donde el juego al menos está tratando de sacudir las cosas. Serie regular Heroes Rios y Salem están al margen, reducidos a un papel de tutoría para los nuevos bruisers mercenarios Alfa y Bravo. Son tan suaves y anónimos como sugieren sus nombres, y dado que son funcionalmente idénticos a los Meatheads que los precedieron, es una decisión curiosamente inútil.

Sin sentido, es decir, hasta que un par de giros de trama casi valiosos dan un nuevo giro a las cosas. Hay un parpadeo de la vida en el juego cuando ocurren estos momentos, pero dependen de que nos preocupemos por el ejército delgado de dos pisos hasta ahora e invierte en personajes que son poco más que ciferos de acción de acción. Esos parpadeos de la vida, bienvenidos como son, no pueden desarrollar este juego de unión-los puntos.

La historia esta vez nos lleva a México, donde la carnicería de la vida real infligida por los carteles de las drogas se usa como telón de fondo para más violencia de dibujos animados. El escenario ofrece algunas ubicaciones interesantes, el Carnaval del Día del Dead, por ejemplo, pero rápidamente se convierte en un fondo de pantalla picante contra el cual tiene lugar la acción de pan blanco sin sabor. Principalmente, sabrás que estás en México debido a la constante corriente de Malos de Hombres cursi que vienen corriendo hacia ti con sus Do-Rags, tatuajes y jeans sucios.

El énfasis todavía está muy en el juego cooperativo, pero casi todas las interacciones interesantes de dos jugadores de los juegos anteriores se han abandonado. No hay una rendición simulada, ni etiqueta y snipe, ni derribos consecutivos, ni rehenes de rehén o use el entorno para crear escudos. Te mueves, disparas. Tu pareja hace lo mismo. Se pueden dar pedidos básicos, pero rara vez se necesitan.

Hay un sistema de puntuación basado en qué tan bien trabaja con su pareja, pero no se aferra al escrutinio. Un asesinato básico te ganará $ 10 en el sistema XP monetario del juego. Una muerte flanqueada, sin embargo, vale $ 75. También dignos de un bono son asesinatos sorpresa, actuando como una distracción y combinando tus esfuerzos para derribar al mismo enemigo. Sin embargo, la forma en que el juego funciona estos bonos a menudo es inexplicable, y le otorgan puntajes altos por cosas que ni siquiera sabía que estaba haciendo. Un enemigo puede salir corriendo hacia ti, participar en una prolongada pelea cuerpo a cuerpo, y cuando se cae, obtienes un bono de «sorpresa matar». En poco tiempo, dejas de intentar jugar inteligente con tácticas y simplemente hacer lo que funcione. Que, irónicamente, tiende a conducir a puntajes mucho mejores.

Casi podría ser una parodia brutal de los juegos de acción modernos, si no se jugaba tan bien

El único punto brillante del juego es excesivo. A medida que te abres a través de las hordas de los villanos, estás llenando un medidor de exageración. Una vez lleno, puedes activar esto y convertirte en una máquina de matar a estilo Arnie. Eres invulnerable, tienes una munición infinita, tus disparos hacen daño ridículo y el tiempo se ralentiza. Incluso hay dos capas de exageración, una capa en solitario que solo te afecta, y un equipo excesivo que aplica el efecto a ambos jugadores. Active tanto al mismo tiempo como al resultado es increíblemente explosivo, ya que demuele todo a su camino en una orgía de efectos de partículas.

Esos momentos son hilarantemente exagerados y obtienen el máximo golpe del motor Frostbite 2 a medida que el paisaje se convierte en metralla. No es una idea original, pero es lo único que eleva el cartel del diablo al tipo de nivel hiperactivo de caos que necesita.

Esas explosiones de destrucción maníaca están en marcado contraste con las ideas derivadas del polvo en otro lugar. Tomarás Control de una pistola montada en un helicóptero más de una vez. Dispararás desde la parte posterior de un camión de exceso de velocidad para perseguir vehículos que voltean y explotan a la más mínima provocación. Estarás pegado a un alcance de francotirador para proporcionar cobertura a pequeños personajes en la distancia. Casi podría ser una parodia brutal de los juegos de acción modernos, si no se jugaba tan bien.

En un nivel técnico, el juego se siente como una obligación no amada en lugar de un proyecto de pasión, y abundan los insectos y los problemas con fallos irritantes. La cubierta es pegajosa y la retícula de orientación necesaria para salir de un lugar seguro a otro parece de manera inconsistente. Los personajes se tropiezan entre sí, el paisaje puede moverse violentamente hacia arriba y hacia abajo sin razón y los personajes amigables decidirán que no van más lejos y se bloquean con la tenacidad de la mula. Más de una vez tuve que reiniciar un punto de control porque el juego simplemente no desencadenó los eventos necesarios para progresar. Los enemigos solitarios pueden alojarse en el paisaje, o simplemente no surgir de esconderse en los tejados, lo que hace que sea imposible finalizar los niveles.

El cartel del diablo entrega los tropos de género esperados con la menor imaginación y la mayor cantidad posible

En un momento particularmente hilarante, me vi obligado a retroceder a mi compañero inexplicablemente inmóvil y empujarlo físicamente a través del nivel ahora vacío a un punto de control, por lo que el juego reduciría su muro invisible y me dejaría continuar. Si bien el juego generalmente se ve bien, hay una falta básica de cuidado y pulido en la construcción.

Más dañino, la cooperativa en línea es algo torpe. Si un jugador se une a su juego abierto, se le pide que reinicie el nivel para acomodarlos. Si se van, también te echan. Definitivamente querrás jugar con un amigo en lugar de arriesgarse a perder el progreso a extraños poco confiables, pero la falta de voluntad del juego para tener en cuenta tales problemas es imperdonable.

Estos errores técnicos son lo más cercano al cartel del diablo llega a ser malo, pero en su mayor parte simplemente no es muy interesante, un fracaso de la ambición en lugar de la habilidad. Una vez que hayas vencido la campaña, no hay nada más que hacer aparte de jugarla nuevamente o buscar las pocas misiones de «contratos» de bonificación que están extrañamente ocultas en los menús. No hay modos multijugador, no hay mapas de supervivencia de cuatro jugadores, nada que pueda darle al juego algo de longevidad más allá de un fin de semana. Es tan sin lujoso como un juego de precio completo puede ser.

El cartel del diablo es funcional y sin complicaciones, un juego que ofrece los tropos de género esperados con tan poca imaginación y la mayor cantidad posible. No es un mal juego, pero tampoco tiene nada más allá de la competencia mecánica básica para marcarlo como «bueno», e incluso esa competencia se tambalea más de lo que debería. Dentro de unos años, probablemente miraré hacia atrás sobre mi perfil de Xbox Live y me sorprenderé al ver que no solo hicieron un tercer ejército de dos juegos, sino que aparentemente jugué y lo completé.

5/10